la placentera sesión de recibir premios.
La previa cita acordada me tenía con las ganas al tope, una deliciosa sesión de sexo placentero con una fémina cachonda como yo y deseosa de mi tieso miembro que deliciosamente recrearia con su lengua y con su boca apasionada, y yo de sus ardientes besos y caricias de su exitado cuerpo y su ansiado tesoro sería para nuestro gozoso encuentro de cuerpos desnudos y cachondos.
Entramos a un modesto cuarto de posada, el asunto era estar en privado y deleitar nuestros y satisfacción de nuestros cuerpos, quitar el stress acumulado y nuestros sentidos de placer y deseos acumulados...
Comencé por besos apasionados en la boca metiendo mi lengua profundo y jugando con la suya, mientras mis tentáculos como manos tocaban su cuerpo, sus nalgas su espalda sus senos y pasaba besando su cuello cerca de su oído diciendole la pasión que contenía con mi erecto en pito, deseoso ganoso y febril a pesar del frío en ese estrecho recinto.
Manoseando con gran pasión contenida sin medir límites, me desate el pantalón, saltando mi verga erecta misma que tomo entre sus manos con ternura y deseo inclinandose a chupar, besar y mamar con tanto deseo que me quite los pantalones y para que quedara a su altura de su boca ya sin ropa, me subí a la cama y se deleito con mi pito a su gusto y más el mio, su deseosa su boca disfruto y se deleito del erguido miembro durante varios minutos, jugeteando entre sus labios tan preciado trozo de carne cruda, venosa y palpitante, mientras yo tomaba gráficos de la acción para postreros relatos y recuerdos.
Testimonio gráfico de mi ardente aventura en un cierto de hotel que pronto desnudos ambos gozabamos de una rica y deliciosa cogida mutua, ella disfrutába mientras yo tocaba con mis manos su ardiente e hinchada vulva, sus labios humedecidos me permitieron meter dos dedos y encontrar con sus instrucciones su sensible punto erótico, al interior de su cavidad vaginal, mientras gozaba de mis caricias con mi mano explotaba en apasionados orgasmos, en la explosión de placer en mis manos, mi cuerpo desnudo y el suyo unidos con nuestras pieles y nuestros besos la pasión aumentaba, ya no era tan fuerte el frío, y pude entonces por fin penetrar en tan húmeda cavidad a su petición su ansiado premio de sentir la tibieza de su sexo cubriendo el mío hasta los guevos, hasta lo más profundo de su vagina tal cual largo y grueso penetre con deseo mientras sus piernas en mis hombros daban testimonio de la penetración de mi verga en tan deliciosa posición, hasta que explotó de gozo y placer humedeciendo las sábanas cual fue como el premio al mejor combatiente y tras el triunfo de haberte sacado tantos orgasmos, que es el mejor premio a mi habilidad en estás artes amatorias.
Reposando despues de la primera sesión, nos merecimos un rico baño en el frío piso del lugar y con la tibia agua ya cubría nuestros cuerpos, después de coger tan rico y el frío tenía necesidad de orinar y esperar a que se calentara el agua, nos enjuagamos nuestros órganos y en un momento de fantasía por un fetiche de dominación, orine abundantemente sobre sus nalgas, escurriendo entre ellas hasta su culo, fue una delicia hacerlo y sentir un segundo premio, dominar a mi amante su cuerpo y su persona, es mi territorio, marcarlo, tenerlo mío por ese instante, es un placer indescriptible sentir ese poder de dominación tan largo y abundante me vacié en ella.
Su territorio es cuando me tiene sujeto con su boca mi miembro y es como me domina, me controla, mi ser es suyo en ese instante me come entero, me tiene, me hace suyo, así como cuando me tiene dentro de ella, soy todo suyo, estoy dentro de ella la cual me cubre completo estando así dentro de ella siento la posesión de mi ser con su cuerpo y su persona, y me pierdo entre sus piernas, me undo en la profundidad de su ser, y ya al final por fin extraerme mi escencia viril del instrumento contenido.
Continué con las caricias y y agasajos de parte mía en su intimidad, pretexto de manosear sus partes íntimas y calentar al máximo la pasión de su cuerpo.
Regresamos a nuestro lecho, cómplice de nuestro íntimo romance, se puso sobre mi pierna desnuda recostada muy cerca de mi ansiado pito de recrearse en su boca, ella misma lo tomo y sentí en sus ansiadas caricias el placer más sublime que abrí las piernas sobre su rostro, y goce como nunca esa posición abierto de piernas mostrando mi viril instrumento desde la base con el panorama de mis nalgas muy cerca de su cara a manera de 69 metí de nuevo mi boca en la hinchada vulva y saboreando sus jugos mutuamente por fin pude cambiar con mi erecto miembro y deseoso de vaciarme abrí sus piernas y me meto mi erguido pito tal cual, apoyando mis pies en la cabecera de la cama, para arremeter con fuerza la penetración más rica y deliciosa hasta culminar con mi eyaculación satisfactoriamente en lo profundo de su cavidad caliente y palpitantes al tiempo que también ella sintiendo el compas de mis impulsos logra tener tan exquisito orgasmo juntos, cayendo rendidos de placer después de alcanzar el éxtasis del clímax total mutuamente.
Que delicia es disfrutar de la sexualidad con una mujer compatible como uno, deseosa, y ganosa de sentir el placer al máximo, que rico además de los premios mutuos, saber que sigo en ella dos días más, en sus fluidos de mis recuerdos, y eso también para mí es parte de mi premio.
No hay otra cosa más grande que agradecer su disposición por el acto, no cuálquier mujer, no cualquiera se entrega a uno de esa manera completa, total, única, el placer es el mejor premio que puede y debe uno dar por su disposición.
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