Acabo de llegar a la cita esperada para el encuentro de una deliciosa sesión entre ella y yo. Los nervios obviamente me invaden un poco, supongo que también en ella estará algo nerviosa, el encuentro de dos amantes provoca esa atención con esa adrenalina, se manifiesta la emoción, la ansiedad, el nerviosismo y me preguntó , estare bien, podré cumplir mi cometido, como hombre, como amante en el sexo, no lo sé todavía, por si acaso me preparé, me tomé mis vitaminas y estoy listo para una grata sesión matutina, entre las sábanas y sobre el colchón, será seguramente algo delicioso. Ella no debe tardar de un momento a otro estará conmigo, no daremos un beso de bienvenida o saludo tal vez, me puse perfume y me preparo para hacer un buen amante, utilizar mis técnicas amatorias y disfrutar deliciosamente de su cuerpo, de su persona de sus besos, de sus pechos de su boca, de su sexo, de sus nalgas, de su ser, me preparo mentalmente para recibir de ella también sus caricias y sus besos, pues e