Relato de un rapidin con premio Ahí estaba ella con falda, cosa rara por supuesto, vino por mi, miraba sus suaves piernas tersas y tibias indicaban la dominación por atraer a su pareja, no importa que hubiese frío ahí estaba llegando como hacía más de un año no venía, y en falda, cosa rara, pero se veía bien, deliciosa, excitante perversa, su blusa ceñida resaltaba su ajustado brasier que amenazaba con explotar reteniendo deliciosos tesoros infantiles, y apreciados atributos femeninos, un par de hermosos pechos amenazantes de salir al combate cuerpo a cuerpo con la boca y manos de cualquier hombre, como los que antes ni la saludaban al verla, vestida de hombre y ahora a sus años no demostraba más que sus apetecibles atributos femeninos como una mujer ganosa de sexo y el placer descontrolado. Salí temprano del trabajo y con pretexto de una tarea fallida y de camino cualquier antojo para comer y más para deleitarme con tales atributos, fuimos al subterráneo de un supermercado procuran