SIEMPRE LISTA Ahí estaba ella con falda, cosa rara por supuesto, vino por mi, mientras yo miraba sus suaves piernas, tersas y blancas, indicaban una forma visual a si misma de dominación por atraer a su pareja, no importa que hubiese frío ahí estaba llegando como hacía más de un año no venía, y en falda, poco común en su forma de ser, pero se veía bien, deliciosa, exitante perversa, su blusa ceñida resaltaba su ajustado brasier y sus botones tensos que amenazaba con explotar reteniendo sus deliciosos tesoros para los masculinos con ansiedad infantil, y apreciados atributos femeninos, un par de hermosos pechos amenazantes de salir al combate cuerpo a cuerpo con la boca y manos de cualquier hombre, como los hombres vecinos y habitantes cercanos que antes ni la saludaban al verla, pues acostumbraba andar vestida de hombre, y ahora a sus años no demostraba más que sus apetecibles atributos femeninos que escondido tenía y se mostraba ahora con esa ropa femenina, cuál debe ser, como una muje